H Christensen
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Inspirado en las mismas fuerzas que definen el mundo que nos rodea, el arte de H Christensen emplea técnicas que imitan procesos naturales que, con el tiempo, dan forma a paisajes y al deterioro material. La obra carece de intervención humana, a pesar de la naturaleza artificial de la pintura. Es como si texturas, colores y composición surgieran del lienzo. Como en la naturaleza, se permite el azar bajo condiciones controladas. Líneas nítidas atraviesan texturas orgánicas, como estructuras humanas que cortan paisajes antes intactos. Esta tensión visual refleja cómo lo construido interrumpe y redefine los ritmos del entorno. Materiales como cartón, poliestireno y plástico —subproductos del consumo— se reutilizan como herramientas y medios. Mediante gestos repetitivos, irreflexivos pero deliberados, estas sustancias artificiales se integran al proceso y a la forma, evocando ciclos que se forman y erosionan con el tiempo.